Via Egnatia en Macedonia y Grecia

Todo lo que pasa, sucede como debería, y si observas cuidadosamente, encontrarás que esto es así.

Marco Aurelio

Menuda forma de llover en Ohrid. Típica tormenta de verano que de la nada aparece para transformar el horizonte en un decorado grisaceo en el que apenas se puede distinguir forma alguna. Por suerte, estábamos ya cerca del destino, Ohrid, ciudad patrimonio de la UNESCO. En el anterior post habíamos llegado hasta la ciudad de Struga, justo cruzando la frontera albano-macedonia, sin embargo como os comentaba seguiríamos poco más de 20 kms para dar comienzo a este nuevo relato que nos guiará durante toda la via Egnatia hasta Estambul. Vamos a ser sinceros, mi plan para realizar esto era en 2 días. Por suerte, te encuentras a gente que te mete en vereda y no te deja marchar sin disfrutar de ciertos rincones.

Entrando en Ohrid, pasada un poco la tormenta de la que me resguardé en una parada de autobús y donde encontré a una persona de la que su hermano era dueño de un hotel. Trató de contactarle, pero coincidiendo en fin de semana la ciudad está llena de gente y los hoteles completos. Pensé, mejor, porque me enseñó las fotos y parecía un hotel caro. Adentrándome en la ciudad un señor mayor en bici me paró y me dijo que tenía habitaciones por 20€, que le siguiese. Allá que fui y la habitación, la verdad es que tenía todas las comididades. Ahí pensé la suerte que tenemos con el euro, en cualquier país saben exactamente el cambio a aplicarte, sin timarte, independientemente del negocio que sea. Disfruté después de una ducha caliente de la ciudad empedrada que me recordaba en ciertos momentos a la salmantina ciudad de la Alberca.

Ya al día siguiente tocaba recoger todos los trastos y meterlos en la moto. La tarea que me suele llevar más tiempo por una pereza indescriptible. Una vez en la carretera disfruté como un enano. Buenas vías con buen asfalto adentrándose en las montañas con una vegetación digna de las lluvias del día anterior. Al parar a repostar me encontré la agradable sorpresa de un chico con el que estuve conversando cerca de dos horas y me comentaba las ganas que tienen de entrar en la UE para poder tener un mejor futuro. Él era licenciado, pero estaba trabajando en la gasolinera, porque como me decía no había trabajo en Macedonia. Me dejó con la amargura de dejarle tras de mí , y con la alegría de saber la suerte que tenemos nosotros de poder estar en la UE y hacer las cosas que hacemos.

Ya en Grecia, volvió la cobertura, y observando el mapa decidí que la noche la pasaría en Tesalónica para al día siguiente lanzarme hacia Estambul. Me metí en algún berenjenal, tratando de buscar siempre la carretera más remota. Creo que el video del final el artículo os puede mostrar, el nivel de berenjenal.

En Tesalónica, la suerte que tuve de encontrarme con el recepcionista del hotel, Constantino (todo el mundo en Grecia se llama así) que me dijo que no me fuese de Grecia sin ver la isla de Thasos y la isla de Samothrakis. Menos mal que le hice caso. Constantino insistía hasta la saciedad que no fuera ni a Santorini ni a Mikonos. 3.000 islas, me decía, que tenía Grecia y todos vais al sitio donde os quieren cobrar 10 € por una cocacola. No he estado, pero los consejos que me dió, a mí, me merecieron mucho la pena.

Después de recorrerme Tesalónica a pie, eran las 7 de la tarde y todavía quedaban unos 300 kms por delante, y una nube amenazadora. Manos a la obra, de nuevo, a poner todo sobre la moto y rumbo mediante toda la via Egnatia hasta el ferry que me llevaría a Thasos. Creía que el último salía a las 10, y no llegué a tiempo, pero… salía otro a las 11. En Thasos, compré mi botellita de vino blanco y pregunté por alguna playa donde poner la tienda de campaña. ¡Qué acierto! Acostarse con la luna llena en una playa está bien, pero levantarse y pegarte un chapuzón en un agua cristalina a 10 metros de tu «casa» es otro nivel.

Thasos es una isla muy visitada por su cercanía por búlgaros y rumanos. Sin embargo, no te sientes en ningún bullicio, sino en un remanso de paz. Si vais a venir lo mejor es que deis la vuelta a la isla, aproximadamente unos 80 kms y descubráis las mejores playas. Hay sitios de agua cristalina que te sobrecogen. Tuve la mala suerte, miento. Tengo una GoPro que anuncia que se puede sumergir sin carcasa y al primer chapuzón ha dicho basta. Estuve mucho tiempo pensando si merecía o no la pena gastarme los 400€ que costó, y viendo el resultado no lo ha merecido. Ahora me toca ir con la antigua en la que la calidad difiere mucho. El cabreo que me dejó en el cuerpo fue monumental, pero luego te paras a pensar y no te queda otra que resignarte y pensar en la suerte…

Salí de la isla con el cabreo aún en mi cuerpo en dirección a Alexandropolis donde iría a visitar la isla de Samothrakis. Menos mal que escuché a Constantino. Creía que los ferries serían como en Thasos, pero no. Aquí solo sale un ferry al día y no todos los días, así que tras llegar a la bocana del puerto me toca esperar un día más hasta las 9 de la mañana donde embarcaría. Una buena cena regada con vino griego (bueno, con lo que denominan vino) y a dormir como un lirón. Ya al día siguiente embarco y tras dos horas de barco te encuentras en esta isla alargada de la cual hay poca información y poco trasiego de turistas ya que los aproximadamente 1.500 nativos no quieren una sobre explotación.

En esta isla te encuentras el templo de los grandes dioses donde se descubrió la escultura, ahora en el Louvre, de Nike. También unas cascadas que nacen desde lo alto del pico de 1.600 metros que permiten una caminata con vistas espectaculares, pero para nada segura. Cuidado ahí! Y también te encuentras a muchos hippies, de los de la antigua Ibiza.


Aquí descubrí en un bar a una pareja de Canadá y Francia. Ciclistas que habían hecho Francia – Atenas y allí les habían recomendado esta isla. 2 semanas llevaban ya y no tenían ganas de marcharse. No les permitieron alquilar una scooter por falta de experiencia así que les dije why not? Y nos montamos los tres en la Harley. Con ellos pasé la tarde y la noche, con una hoguera que hicimos en la última playa de la isla accesible por carretera donde se encuentra una colonia de delfines. Ahí, la hoguera, la luna casi llena, los delfines y nuestra conversación. Nos dieron casi las dos de la mañana momento de volver de nuevo los tres en moto.

Estuve un día más en la isla pues el ferry no salía hasta el siguiente día, y ese día lo disfruté caminando por el monte en busca de diferentes cascadas. La sorpresa al regresar a la moto fue aún mayor. Un papel me decía que un motero llamado Jesús, su pareja y amigos, estaban en un velero en el puerto que me acercase a cenar con ellos. No lo dudé y me invitaron a cenar con una conversación sobre barcos, viajes, motos y vida. No hay fotos de ese momento, tal vez porque no hacían falta. Ellos y su grupo de amigos viajan en velero por todos los sitios. Lo amarran en otros puertos lejanos a España para continuar con su jornada en otro momento. Se saben Grecia de memoria, Turquía, España y, ojo al dato, el Caribe. No sabía que hubiese gente así, pero resulta que la travesía hasta el Caribe siguiendo los aliseos no es tan complicada y en algo más de dos semanas se encuentran allí. Me han invitado a su próximo viaje sin destino, y creedme que es algo para pensar. Los veré en Madrid a la vuelta de eso seguro.

Y después de esto ya no queda otra que dirigirse a Estambul. Pero eso… Eso ya en el próximo episodio. Os dejo con el video y un último comentario.

Os recuerdo que el viaje es solidario y estamos ayudando a la Fundación Soñar Despierto desde 5€ una papeleta para participar en un sorteo! Tenéis toda la información aquí. Venga, que no es por mi, es por ellos y 5€ son dos cañas bien puestas!

2 comentarios sobre “Via Egnatia en Macedonia y Grecia

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