La máquina ha venido a calentar el estómago del hombre pero ha enfriado su corazón
Miguel Delibes
Canción de la etapa: Las cosas que no pude responder – Marwan
Kilometraje: 223 kms (total: 1.864 kms)
Horas desde salida hasta llegada: 6 horas y media. Salida a las 12:30; Llegada a las 7:00
Gastos:
- Gasolina: Un repostaje: 29,88€
- Camping: 6,32€
- Botella de agua: 1,80€
- Café: 4€
- Total: 42,00€
Me levanto temprano, había quedado con Mathilde en despertarnos sobre las 7:30 que ella tenía que salir para trabajar a las 9 menos diez. Me comenta que si se retrasa que da igual, que nunca ha llegado pronto a ningún sitio y menos lo iba a hacer a trabajar. Bonita reflexión. De nuevo otra persona que no me tendría que ofrecer nada, me saca de todo para desayunar. Me sabe fatal pero le tengo que decir que con un café me basta, y ella, hiperactiva desde cuna, me dice que tiene café pero que ella no toma, que no lo necesita. La noche anterior me dijo lo mismo con el alcohol. Que tomó cerveza una vez y le sentó mal y que ella cuando ve a sus amigas un poquito borrachillas piensa que ella es así de “imbécil” por naturaleza, así que para qué se va a gastar el dinero. Me hace firmar en su libro de couchsurfers, como os comentaba en el post de ayer, y bajamos al garaje a colocar las cosas en la moto. Me dice que es más grande de día y que si le dejo hacer unas fotos. Mathilde quería ser fotógrafa, como su bisabuelo y como su abuelo, pero sus padres no la dejaron. Ahora me dice que está amargada con el trabajo, que ella no quiere vivir toda la vida haciendo lo que hace. Ella quiere ser fotógrafa o bailarina, y las dos cosas se empeña en estudiarlas pero no se empeña en dar el paso.

Ya en el centro de Vichy me indica desde su coche que por ahí, y que aparque a la derecha, me señala con la mano. Me voy a meter en una especie de parking que tienen para motos/bicis, y veo como con las manos me dice algo como que no, que ahí no. Maniobrar con la Harley no es fácil, mejor dicho mover la Harley en parado no es fácil, una pequeña inclinación y las fuerzas no te dan para moverla, es por eso que casi siempre veréis a las Harleys y a muchas otras motos aparcadas buscando la salida. Me viene el recuerdo ahora con mi primera Sporster y como un día en La Latina aparqué de chulito, y luego no había quien la moviese. Hubiera ayudado que no estuviese la primera metida, eso es cierto, o que al menos me hubiese dado cuenta. Todos hemos sido novatos. No estoy muy a gusto dejándola en ese parking en la calle, a esas horas no había ninguna moto más ahí aparcada y como la legislación en cada sitio es diferente, finalmente la muevo y la pongo en el parking de coches y busco un café desde donde la pueda vigilar.
Cuando monté toda la moto en Madrid dejé las cosas pensadas para que si quisiera bajar o ir a comprar fuese rápido todo el proceso de no dejar nada al descubierto y con el petate irme a donde tuviese que ir. Ni un día he quitado el petate de la moto al aparcar, siempre pienso que si alguien quiere robar no va a robar algo tan obvio que se lo dejas ahí en sus narices. Y efectivamente, deja las cosas cuanto más a la vista mejor, así si alguien tiene tentaciones buscará la cámara oculta. Fuera bromas, y siendo sinceros, no creo que ni el 0,1% de los que pasaron por ahí y la vieron pensasen ni remotamente en quitarme algo.
En aquel café me hago entender, coffee with milk, café con leche me contesta en español. Perfecto amigo, le respondo. French is easy. Saco el ordenador, y no hay wifi. Pondré los datos del móvil. En este punto me pregunto si alguien conoce a alguien en Orange que me quisiese patrocinar dándome gigas ilimitados, ayudaría a todo mucho a mantener esto con la regularidad que se merece, porque hago virguerías para escribiros. Me voy emocionando con la escritura del post anterior, y me doy cuenta que en dos páginas de Word, todavía no había salido de Toulouse. La gente me está diciendo que el blog engancha y que le gusta que no sea de «cogí esta carretera luego esta otra etc». En ese tipo de blogs no sería bueno. Imaginad hasta qué punto sería malo con esos blogs, que lo que más me cuesta en cada uno de ellos es recopilar los gastos.
Estando disfrutando de aquel café, no me quedaba otra me costó 4 €, podía ver cómo la gente paraba y miraba la moto, algunos de pasada, la mayoría de reojo, pero cada minuto había alguien que se paraba y señalaba la matrícula. En ello aparecieron dos moteros de un Moto Club y viendo la moto miraron alrededor y me ven a mí con la mano en el alto y el pulgar hacia arriba. No dudan en venir a mi sitio y me obligan a levantarme de la silla para darme un abrazo. ¡España amigo! Hablamos un rato e intercambiamos una buena conversación. Se dirigían al sur de Francia a una concentración este fin de semana. No hablaban bien español ni inglés, pero si no sabían la palabra en español la sabían en inglés, al final entenderse es fácil si quieres entenderte y veréis por qué lo digo en este mismo post. Al despedirse con un buen viaje amigo, veo en su chaleco el nombre del MC. Pals Independent Group Fensch Valley MC. Recuerdo que quiero llevar fotos de la gente que conozco en el camino, y me da rabia no haberme hecho una foto con ellos.
Termino el post, os lo envío, redes sociales, etc, lo que denominaré a partir de ahora el ritual. Parte del ritual es releer el post y es curioso pero las faltas de ortografía y las erratas sólo son visibles a la vista cuando ya está publicado. Da igual que lo repases tres veces, es dar a publicar y aparecen como por arte de magia. Cuando tenga wifi corregiré los post anteriores. No tenía ni idea de hacia dónde ir, así que saco Google Maps, zoom out, y cuando mi ubicación y Luxemburgo entran en la misma vista, hago zoom en el medio más o menos y veo un parque regional y que en la entrada al parque había un pueblo llamado Autun. Pues nada hacia allí nos dirigimos. En lo que busco como salir de Vichy veo el reloj. Las 12:30. No puede ser. Otra vez. Arggg. Me niego, hoy no voy a llegar sin fuerzas así que cancelo mi solicitud de estancia en Luxemburgo, cuando sean las 5 de la tarde en punto pararé la moto donde esté y pondré en Google “camping”.
Salimos de Vichy, y vuelvo a ver los “rappel”, “qué atentos estos franceses con los españoles” pienso, me rio. Me entra algo de hambre en un pueblo llamado Le Donjon, y recuerdo que todavía me queda fuet de España. Cruzo el pueblo y a la salida veo una laguna con muchas autocaravanas alrededor, ahí sería el sitio perfecto para comer. Doy media vuelta para encontrar la entrada y atravesando el pueblo llego a la zona. ¡Madre mía cómo me voy a poner de fotos aquí! Y antes de que me quitase el casco se acerca una señora. Me nota en la cara que no entiendo ni papa de lo que me dice y con esfuerzos empieza a comunicarse en inglés. Ella tiene una Harley Superlow, porque dice que tiene las piernas cortas. Me pide que vaya a sentarme con ella y con su hermana en la mesa donde estaban comiendo, le digo que no una vez pero a la segunda no me deja decirle que no. Que vaya, que me invitan a comer.

Me encanta la conversación con ellas, por el simple motivo de que tratamos de comunicarnos sin ser capaces muchas veces. Inglés, lo que pueden, Google translator y así paso la comida. Ellas dos están de vacaciones, han cogido el coche y se han ido por ahí. Sin destino me dicen, y pienso pues ya somos tres en el camino. Su hijo está en el ejército y le destinan ahora tres meses a África. Me pide todos los datos y que no dude en pedirles ayuda por el camino si me pasa algo. Insisten en que las acompañe a un bar a tomar un café, que me quieren invitar, pero sin ser descortés les digo con una sonrisa que no hace falta que muchas gracias. En realidad en el sitio donde estaba, me apetecía estar un rato, sacar alguna foto y tirarme en el césped. Estaba tremendamente cansado en esta etapa, todavía no sé por qué. Los siguientes kilómetros voy pensando en ello, y creo que he caído en el porqué del cansancio. La pastilla de la alergia que me tomé en el desayuno, pues no paraba de estornudar. Misterio resuelto, pero el cansancio sigue ahí.

Prosigo la marcha y me doy cuenta que el móvil donde llevo los mapas cargados y la música descargada en Spotify ha dejado de funcionar. Arg! Lo del mapa me daba relativamente igual pero la música me gusta que me acompañe aunque con el ruido del motor de la Harley, casi sea una música chill-out de fondo. Me dejo guiar por mi instinto y me acordaba tan sólo de un pueblo. 30 kms más adelante, ahí estaba una señal que indicaba que iba en la dirección correcta. Me empiezo a preocupar bastante por el cansancio, y por los kms de la moto. No quiero apurar los depósitos porque cuando más necesitas gasolina, más lejos está la gasolinera. En la siguiente salida me paro y veo en el otro móvil donde está la gasolinera. Nada más salir hay un canal, bucólica la vista y con sombra en los costados del mismo. Allá que voy. Según me iba metiendo por el camino iba pensando cómo leches iba a salir de ahí, Alberto, que no es una trail! Me trato de decir, sin éxito alguno. Paro, tira la chupa en el suelo, cierro los ojos y 30 minutos más tarde me despierto como nuevo. Hay un grupo de veinteañeros a escasos 10 metros mío que debieron pensar lo mismo que yo sobre el lugar. Tengo que pasar a su lado para dar la vuelta a la moto y esta vez recuerdo la teoría. Si ves que se te va, dale gas.

100 metros más adelante se encontraba la rotonda y según el GPS, a 4 kms, tendría una gasolinera. Pongo punto muerto en la rotonda y la moto se para. Bien, mis sospechas eran ciertas y voy justo de gasolina. Por suerte al ser mi moto “antigua” la reserva funciona con una llave de paso. La pongo hacia abajo, en el modo reserva y la moto arranca. ¡A la gasolinera! Depósito lleno, compra de agua, GoPro instalada… ¿GoPro? Le doy, al botón no funciona. La saco del soporte que compré para ponerla en el manillar. Soporte roto. La saco de la carcasa que trae. Carcasa rota. Bien, me digo. ¿De qué sirve enfadarse? Esperaré a que se quede sin batería y espero que vuelva a funcionar. El móvil de los mapas no arranca. El calor y el sol le han debido fundir así que también toca esperar.
Son las 4 de la tarde y hoy me había dicho que a las 5, estuviese donde estuviera iba a poner en el GPS camping y donde me indicase iba. Para adelantarme y no ir al primero que hubiese chequeo el mapa y veo una zona verde. Parc Natural Regional du Morvan. ¿Hay campings? ¡Sí! De hecho hay un camping municipal con vistas al lago. Me dirijo hacía allí, dirección Autun. Carretera preciosa, como todas las que estoy viendo, rodeada de vegetación. Entro en el parque natural y la vegetación se vuelve, si puede, mayor aún. Sigo las indicaciones, y mi instinto para llegar al camping. Tengo que llegar al embalse de L’Yonne. Encuentro el camping municipal. Paro, me dicen que sin problemas, me enseña dónde puedo poner la tienda y voy a pagar. 6,32€. Alucino. Las vistas que voy a tener al despertar me dan al lago directamente, no puedo más que sentirme feliz.
¿Estará el agua fría? Me acerco y hay gente pescando. Toco con la mano y está perfecto. Casi me meto sin montar la tienda. Entro un poco en razón. Monto la tienda, me cambio y un baño de 20 minutos que me da la vida. Me ducho, lavo toda la ropa que llevo y recuerdo la gracieta que me hizo mi amigo Ares esta mañana en Instagram al publicar la foto. “¡Qué bonita camiseta, ¿es nueva?” La verdad es que lavar no es un problema. De momento todos los días calcetines, calzoncillos y camiseta van limpitas. Pienso si con dos camisetas te puedes hacer todo el viaje… Lo veremos en el próximo.

Preparo la cena y consigo mi segunda insignia, cocinar acampando. Tallarines que traía desde España. Creo que no he probado pasta más rica. Voy a limpiar todos los utensilios y decido irme a dormir a las 10 de la noche según anochecía. Mañana ya veremos dónde vamos.
