Sobre mí

Hola a tod@s los que por casualidad habéis llegado hasta aquí. Nunca he escrito sobre mí, nunca he escrito nada que no haya sido en mi ámbito profesional o en mi época de estudiante, así que lo primero daros las gracias por seguir leyendo.

Me presento, mi nombre es Alberto Torres, nacido allá por 1988 en Valladolid donde he vivido hasta los 18 años que me vine a Madrid a estudiar y habiendo vivido durante algo más de un año en EEUU, en el estado menos poblado y tan desconocido, en Laramie, Wyoming. Allí a los 16 años conocí lo que son mis pasiones, las motos y los viajes. Cuando el padre de un amigo mío me dijo ¿quieres dar una vuelta en moto? Me enseñó su Harley con cromados por todos los sitios y me estuvo explicando cómo había viajado por todo EEUU con tan sólo una tienda de campaña. Me sorprendió muchísimo que le costasen más las modificaciones que la moto en sí, una moto de más de 20 años… Personalmente me dije, hay que ser un poquito tonto para pagar más por unos tubos de escape que por una moto, luego lo entendí todo… Realmente nunca me dejó montarme en su moto con él, me llevó su mujer, porque «a man has never been in my back».

Al terminar la selectividad tenía claro que quería estudiar una ingeniería y estuve dudando entre Aeronáutica o Navales. Un amigo de mi padre me convenció para estudiar Ingeniería Naval y Oceánica en la Universidad Politécnica de Madrid. Estuve 5 años en el Colegio Mayor Aquinas, de los mejores años de mi vida. Allí, además de estudiar, estuve trabajando en academias, clases particulares y… conseguí

una beca para ayudar en el departamento del Canal de Ensayos Hidrodinámicos de la ETSIN. Junto con mi amigo Pablo, conseguimos terminar la carrera en 5 años con el proyecto fin de carrera incluido, costó su esfuerzo y muchos fines de semana encerrado en las bibliotecas, pero dio sus frutos. en 5º con todos los ahorros pude comprar mi primera Harley, que me dejó literalmente en la cuenta 206€.

Por suerte, o desgracia, en 4º de carrera vinieron de Boston Consulting Group a nuestra Escuela explicando lo que era la consultoría estratégica, y me fascinó. Cambiar de proyecto cada 2 meses? participar con los consejos de administración en las estrategias de las empresas? te quieren por tus capacidades no por tus conocimientos? Y me estuve informando mucho, leyendo mucho sobre la consultoría y practicando sus casos prácticos para pasar las entrevistas. A final de 4º ya tenía tres ofertas para cuando terminase la Universidad y finalmente escogí KPMG en su nuevo departamento de consultoría estratégica.

Una vez en consultoría, aprendí mucho, muchísimo pero mi objetivo era otro, yo quería tener mi propia empresa, mi propia visión sobre cómo se hacen las cosas y acertar y fallar, pero bajo mi responsabilidad. El dinero, es importante pero no lo hago por dinero sino por cambiar mi realidad y levantarme cada día con ganas de darlo todo. Tras tres años y pico trabajando más de 80 horas semanales, con horarios infinitos y algunas noches sin dormir, va siendo hora de buscar mi objetivo. Monté junto con mi amigo Luis y Marta una empresa que nunca llegó a ser tal por no tener el valor suficiente, pimpamjob.com. Nunca dejé la consultoría mientras estaba con la empresa, y eso no es nunca suficiente. Pero yo quería eso, quería poner mi visión a las cosas. Y  me cambié de trabajo a una startup, como director de operaciones. Tras discrepancias con la dirección y tras levantarme muchos días sin ganas de ir a trabajar me surgió otra oportunidad, otro reto con un antiguo jefe, montar una consultora desde cero, y allá que fui. Crecimos en 12 meses, de 2 personas (él y yo) a 11 personas. Tres mudanzas de oficina y mucha ilusión, pero pronto me vi de nuevo haciendo slides para otros, y no para mi. Surgió una buena oportunidad como Director Financiero en una empresa, en la que estuve algo más de 2 años, hasta que por diferentes circunstancias cerramos. En ese momento me dije que la vida es una y me lancé a una aventura en moto sin saber cuando volvería. Y llego a donde estoy ahora, trabajando de freelance, ahorrando para seguir recorriendo el mundo y soñando. Soñar, que puede que sea el verbo más bonito del castellano.

¿Y cómo sueño? A través de mis viajes, a través de pensar haciendo kilómetros, a través de conocer a las gentes allá donde voy, a través de cafés y cervezas, a través de preguntar qué tal para establecer una conversación, a través de escuchar, a través de tratar mi mundo y con ello cambiar el mundo.

Así que gracias por leer esto, y gracias por leer lo que escribo, espero puedas disfrutar de la lectura como yo he disfrutado escribiéndola.